En estos días donde la unión familiar hace mella en nuestros hogares y en nuestros corazones, dando un color especial de bondad y llenando de buenos propósitos nuestras vidas, nos reunimos al calor de una mesa todos juntos comemos y bebemos, brindando nos deseamos felices fiestas.
Y ajenos a que existe un realidad paralela a nosotros, una navidad diferente no tan lejana a nuestra mirada donde solo se hace visible a través de la caja tonta, que nos enseña que hay gente que no tiene para llevarse a la boca que no puede pensar en los regalos de papa Noel o de los reyes magos cuando no tienen el calor de hogar para arropar a los suyos aquellos que perdieron todo y que su único deseo es cerrar los ojos y que al abrirlos hayan pasados estos días.
Días de consumismo descontrolado, de hipocresía donde todo lo que fluye nos es más que un estado enajenado transitorio que volverá a la normalidad con menos dinero en los bolsillos y una cuesta llamada enero.
No hay comentarios :
Publicar un comentario