Ahora que la enfermedad tiene cura y la cuarenta ya paso, son mis versos los que a nado franquean mares, aguas que claman justicia, palabras de perdón para la verdad y cárceles de odio para la mentira. Porque la impunidad se compra con bellas palabras y se vende o se enmascara cuando la realidad visita tus ojos y tus pupilas temblorosas descubren lo cierto.
Que se inocule la vacuna de la franqueza en otros cuerpos sin espíritu de consumir libertades, para que haga acto de presencia la cordura, juez y parte de un destinado marcado de antemano, el camino es largo y la mentira para el necio es la única verdad que su boca pronuncia.
Estamos a salvo, ya paso la tormenta y en días lucidos como hoy puedo describir con los ojos cerrados como la marea bajo y dejo sentimientos que irán cesando con el paso del tiempo ya que el odio es padre del rencor y primo de la ira, sobrino de la maldad y tío de la venganza, aunque a veces nos gustaría ser familia de la indiferencia pero la familia no escoge, como el amor o la amistad.
No hay comentarios :
Publicar un comentario