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jueves, 25 de noviembre de 2010

El amor no duele


Viviste en tu infancia un marchito despertar, maduraste al calor de los besos de tu madre y con la tónica diaria de los látigos de correas haciendo huella sobre tu piel, las lagrimas que recorrían tu cara como si de un grifo se tratase y solo tu madre podría cerrar poniéndose de escudo.

Ella que dio la vida por ti y que veías disfrazar esos golpes en su rostro recubriéndose con pinturas y alguna que otra mueca para que nadie se hiciera eco, pero para ti siempre tenía su más bella sonrisa, aunque por dentro su pena se hiciera cada día más y más grande.

El demonio vivía en tu casa y se encarnaba en tu padre, que embadurnado en alcohol llegaba con ganas de discutir y de sembrar mil batallas y le servia una simple excusa para levantar la mano para olvidar tiempos mejores, tiempos felices. 

Y ahora tu que te instruiste en esas malas usanzas que pudiste elegir entre hacerla feliz y sentirse amada, elegiste alzar la voz y usar tus manos como dechado de tu fuerza y como muestra de su debilidad.

Cobarde, que te escudas en el chantaje con lágrimas de remordimiento, verdugo con piel de lobo y con cara de cordero, que abordas tú fracaso con palabras que escupen fuego sobre la piel de quien amaste y hoy es el núcleo de toda tu cólera.

Cada nueve días muere una mujer victima de la violencia domestica, que puede ser tu amiga, tu vecina, tu hermana, o quizás tu, el maquillaje no encubre el sufrimiento tampoco el miedo ni la humillación. 

No a la violencia de género.

viernes, 19 de noviembre de 2010

De vuelta a los escenarios


Recibo una llamada y una sonrisa tímida planea sobre mi semblante, me dirijo sin más hacia la guardilla donde guardo el elemento que transforma mis sentimientos en música, mi guitarra que hay sigue cubierta de telarañas, dormida en un acorde donde la deje, con el eco de un sol mayor en su recuerdo.

La desenfundo y curo las heridas que el tiempo causó, la abrazo entre mi pecho, comienzo afinarla dulcemente clavija a clavija, cuerda a cuerda con un susceptible mimo, como quien acaricia el cuerpo de una persona amada, poniendo en este ritual los cinco sentidos y el alma, susurrándole mientras pongo una nota en su boca, que volvemos a la búsqueda de nuevas melodías.

Mientras tanto, en el horizonte se avistan próximos conciertos y algún que otro proyecto acaecido sin cumplir, viejos amigos, nuevas emociones y antiguos miedos, como el vértigo que inunda mis sentidos antes de subir al escenario, me visita con el simple propósito de agravar mi recelo, sin saber que el intento será frustrado, quizás sea esa falta de confianza que me aborda en cada concierto, pero que canción a canción voy incitando para que se quede a ver el espectáculo pero desde el otro lado.

Abriré los ojos como quien despliega la vela de un barco, respirare vehemente para tomar impulso, delante de mí encontrare rostros nuevos, dispuestos a brindarnos su tiempo y sus oídos dispuestos a heredar las melodías y sentimientos que transmitimos en nuestras canciones, hasta que todo llega a su fin con el último acorde, el encargado de abrir el cofre de los aplausos, y así será como se rediman los suspiros que en mi pecho se guarecían. 

Afines a la emoción de una canción.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Causal destino


Hay quien dice que el destino es el libro de la vida, que cuando naces ya viene escrito con una pluma cuya tinta es imposible de borrar, toda una obra maestra escrita por alguien divino, siendo meros espectadores ante todo aquello que va aconteciendo a lo largo de nuestros días.

Otras personas en cambio piensan que se pueden retocar algunas líneas pero que casi todo cumple un guión que se va cometiendo irremediablemente, y hay quien especula que ese libro del destino viene en blanco y solo cada cual con sus decisiones y actuaciones hace que se escriba de una manera o de otra.

William Shakespeare escritor británico y posiblemente el mayor dramaturgo de todos los tiempos dijo que el destino es quien baraja las cartas en la partida, pero nosotros somos los que la jugamos, esta frase marca el punto de “partida” y nunca mejor dicho de mi teoría, la teoría de la CAUSALIDAD.

Esta hipótesis es todo lo opuesto a la de la casualidad, la causalidad apunta que todo acto conlleva una reacción que desencadena unos acontecimientos, no es mas que causa y efecto, toda causa tiene su efecto y todo efecto tiene su causa, llegando a la conclusión que somos los únicos responsables de nuestro propio sino, y gracias a ello, somos portadores de aquello que sembramos, somos boomerang responsables de la secuela de nuestras acciones.

¿Casualidad o causalidad? La autentica raíz se haya en tu propio destino, si no te gusta lo que ves o si piensas que no te lo mereces lo que vives, haz algo para remediarlo, el destino no esta escrito, créeme no estoy loco, ayúdame a escribirlo.