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martes, 31 de agosto de 2010

Cuerda rota


Abrí la funda de mi guitarra y cual fue mi sorpresa al descubrir que tenia una cuerda rota, que fácil solución para un problema tan insignificante, supliré la cuerda de mi guitarra el coste es meramente económico, hay veces en la vida que nos gustaría que todos nuestros problemas fueran cuerdas rotas de guitarra.

No siempre el dinero nos sirve de trueque para el pago de dificultades en la vida que es mas fácil afrontar el conflicto que esconderse de el, tarde o temprano nos lo encontraremos al cruzar la esquina y nos miraremos a la cara y alguien bajara la mirada.

Hay personas que pasan por nuestras vidas y no son mas que cuerdas rotas de guitarra que deambulan en el camino del dulce latido buscando más cuerdas para componer una melodía perfecta, pero solo llegan hacer ruido, mucho ruido, ya que no encuentran el acorde perfecto.

Yo volveré a reponer una cuerda que me acompaño en un largo recorrido y acaricie haciéndola participe de sonar bellas melodías para los oídos de mucha gente, creando momentos inolvidables, días que guardo en mi dulce memoria, ya ves y aún así no estoy triste así es la vida con días en los que luce el sol y otros con nubes grises.

lunes, 23 de agosto de 2010

La llamada de la rutina


El Camino que siguen mis pies pisan pétalos de rosas y arena de playa aunque se que al termino del mimo solo pisare ortigas, la rutina no cesa en su empeño de anunciarme su llegada; me llama por teléfono y me lanza piedras a mi ventana y yo sigo aquí aferrado a este sueño tan dulce como azul solo quiero abrir los ojos para divisar o escuchar el romper de una ola en la arena de las playas del sur o respirar aire puro de lo alto de la montaña donde se pueden avistar las sombras de la nubes dibujarse sobre ellas.

Ahora que veo llegar el final del camino, que mi sueño se desvela y mis pies vuelven a pisar piedras y la arena de mar se convierte en barro, tirare del recuerdo para anegar esos días lánguidos con auténticos regalos, esos retazos de buenos momentos vividos.

Pasaran las estaciones, hasta que el sol anuncie un nuevo verano, hasta entonces buscare la chispa de la felicidad recóndita por las esquinas como obsequio a la pertinacia, ahora llegan días de reencuentros de largos cafés, es la hora de gastar palabras con el único sentido de buscar una guiño en la mejilla ajena.

He despertado de mi sueño, me esperezo con desidia, he abierto la ventana, el cielo ya no es azul, no diviso playas ni montañas pero no estoy triste porque se como hacer frente a la rutina así que cerrare mis ojos y evocare al recuerdo mi mayor sublime tesoro, mi dulce memoria.

viernes, 6 de agosto de 2010

El reencuentro


Un año mas sumiso a mi destino, hago la maleta, bajo el calor sofocante de esta tierra mía, tan extrema y tan dura, meteré poca ropa pero si guardare en ella el anhelo del reencuentro con los míos, a los que no veo desde hace un año y solo mantengo vivo el recuerdo a través del teléfono.

Me arrancare de mi rutina por unos días, desconectare del mundanal ruido, daré besos de despedida a los que se quedan y a los que optaron por otros destinos, este viaje separa en sí un gran recorrido, pero une un mismo sentimiento. 

Preparo los últimos detalles y regalos, mientras tanto cuento las horas que restan para salir y sentarme al volante, sabiendo que cada kilómetro que recorra, restaran al objetivo de alcanzar mi meta, viajare de noche para no desperdiciar ni un solo minuto de los pocos días que disfrutare junto a ellos, que serán seguramente para atesorar en mi dulce memoria.

Carreteras que transforman cada línea continua y discontinua en sonrisas abrazos y reencuentros, sólo llevare una maleta pequeña, lo mas importante en este viaje va dentro de mi.