Un año mas sumiso a mi destino, hago la maleta, bajo el calor sofocante de esta tierra mía, tan extrema y tan dura, meteré poca ropa pero si guardare en ella el anhelo del reencuentro con los míos, a los que no veo desde hace un año y solo mantengo vivo el recuerdo a través del teléfono.
Me arrancare de mi rutina por unos días, desconectare del mundanal ruido, daré besos de despedida a los que se quedan y a los que optaron por otros destinos, este viaje separa en sí un gran recorrido, pero une un mismo sentimiento.
Preparo los últimos detalles y regalos, mientras tanto cuento las horas que restan para salir y sentarme al volante, sabiendo que cada kilómetro que recorra, restaran al objetivo de alcanzar mi meta, viajare de noche para no desperdiciar ni un solo minuto de los pocos días que disfrutare junto a ellos, que serán seguramente para atesorar en mi dulce memoria.
Carreteras que transforman cada línea continua y discontinua en sonrisas abrazos y reencuentros, sólo llevare una maleta pequeña, lo mas importante en este viaje va dentro de mi.
Es un topico cada año mucha gente como a mi nos pasa que viajamos para reencontrarnos con la familia muy emotivo y a la vez cansado pero vale la pena.
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