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jueves, 13 de diciembre de 2012

El silencio de las palabras


Una vez leí en un libro de Mario Benedetti que hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio, y es que a veces sucede que las palabras que no se dicen, que callan dentro son como un estilete que hieren de muerte para oídos que esperan una respuesta.

Así es como le recuerdo, invadiéndome una sensación instintiva de indiferencia, pero la memoria siempre nostálgica impregna en mi retina imágenes de gratos momentos vividos, que sirven para exhibir en mi rostro una sonrisa comedida y de esta forma poder compensar en la balanza de las percepciones ese apego ya algo oxidado. 

Gran corazón que palpita sin sentido, en lucha constante por encontrar el rumbo, locuaz de frases vanas, esclavo de su silencio, de no poder expresar, de no saber encontrar el camino de migas de pan que abra su caja fuerte donde agonizan los sentimientos que buscan convertirse en palabras. 

Hay momentos en la vida que es complejo encontrar las palabras idóneas hacia los demás, palabras que expresen las emociones que circundan el alma y te hacen sentirte vivo, decir te quiero, lo siento, te necesito, ayúdame o simplemente gracias por estar cerca. 

Cuando las palabras enmudecen y la boca se llena de silencio, un suspiro quebranta los cimientos de tu vida, en ocasiones somos victimas del miedo, de nuestros complejos e inseguridades, descubriendo el refugio perfecto para argumentar la causa de nuestro silencio.

De que sirve tener oídos para los demás, si el silencio es tu peor enemigo.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Amaneciendo un nuevo día


Suena el molesto despertador y amanece un nuevo día, se cuela la luz del sol en mi habitación por las rendijas de la persiana, perezoso resucito de este sueño que me atrapa dulcemente y me devuelve a mi rutina, acurrucado al calor me refugio como un niño entre las sabanas.

Miro de nuevo el reloj lamentándome de este escenario que impera, me levanto y afronto verdades, salgo remiso a la calle, adormilado, el vaho de mi aliento se camufla en la gélida mañana, respiro tenazmente y mi cuerpo se estremece hendiendo los cimientos de mis utopías.

Camino al trabajo bordeo los abismos de las realidades, dando comienzo la exhibición matinal de bostezos y desperezos, arranco el motor de mi coche, suena música en la radio y un semáforo traidor con efecto soporífero que me arrastra a la cima de un dulce sueño del que despierto a golpe de claxon.

Un nuevo amanecer te regala un sol radiante cada mañana, un cielo azul y un poema de esperanza, es otra oportunidad para poder rectificar los errores cometidos y regalar a los demás nuestra mejor sonrisa, cada mañana sucede un nuevo milagro llamado vida, bendito espectáculo del que formamos parte.

Nadie en su ignorancia sabe si existirá un nuevo mañana y si tal vez la vida nos concederá esa nueva oportunidad, pero si no es así y me equivoco y hoy es el último día, no desaprovechare la ocasión para decir te quiero, para dar un beso tierno, para regalar mis mejores palabras o simplemente pedir perdón.

Antonio Machado dijo “Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar” así que cada amanecer es un regalo, ábrelo y disfrútalo desde el primer minuto.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Mi pequeña Nala


Mi conciencia sagaz me exige con insistencia escribir sobre ti, pero cada vez que lo intento en mi propósito tu recuerdo me visita y el desconsuelo me oprime el alma, debe ser que la cicatriz de tu ausencia aún supura después de tres largos meses sin ti.

Así que armado de valor me dispongo hallar las palabras correctas, palabras que describan trece años a tu lado, intentare contener la emoción que se desborda al evocarte en mi memoria, tantos buenos momentos en la retina provocan que afloren sonrisas y mas que una lagrima sincera.

Aún me cuesta llegar a casa y saber que no estarás, ese silencio se clava en mí como un puñal afilado, siempre me esperabas tras la puerta impaciente a mi llegada, siempre fiel y alegre para conseguir una sórdida caricia suscitando una mueca de alegría en mi rostro tras un día duro de trabajo.

Una vez escuche que en la mirada de un perro, se encuentra el mejor espejo donde poder comprobar la grandeza del alma, sin este propósito, yo mirando a tus ojos descubría y descifraba cada una de tus intenciones, con esa mirada tierna conseguías todos tus propósitos.

Aldous Huyxley poeta y novelista inglesa dijo que “todos los hombres son dioses para su perro, por eso hay gente que ama más a sus perros que a los hombres”, esa debe ser la clave de este dolor que siento al recordarte, mi pequeña Nala.

Duerme eternamente, Nala, tu huella vive en nuestros corazones.

domingo, 14 de octubre de 2012

Cuarenta y tres hojarascas


Se hace el ocaso de la noche, y percibo tras los últimos rayos del sol, el caer de las primeras hojas sobre la acera, para algunos el otoño es una segunda primavera donde cada hoja es una flor, para otros no es mas que hojas muertas, otoño emerge puntual a su cita cubriendo las calles de hojarasca como si una alfombra fuera.

Sopla el viento de octubre sigilosamente en mi mejilla, pregonando la llegada del frio, aturdiendo mis sentidos que buscan refugio bajo mi pecho, mangas largas para la musa que evoca el estío, mientras los parque vacíos se abrigan de soledad y en el cielo bandadas de aves emigran buscando el calor que se llevo el verano.

Contemplando por la ventana, me pierdo en algún lugar del horizonte, allá donde lo mirada no alcanza, me evado y discurro sobre un futuro que esta por llegar, que construiré a base de actitudes para que el alma respire sin acritud, para alcanzar ese equilibrio perfecto, sentido y sensibilidad, el guion de mi vida, mi mejor traje.

Transcurren las horas rebobinando retazos de vida, viajando atrás en el tiempo, hurgando en el desván del ayer, conmemorando momentos de estas cuarenta y tres hojarascas que me han tocado vivir, vivir para contar y para contar vivir, palabras pintadas de recuerdos, que emergen y conmueven desde lo mas recóndito de mi ser.

Ahora que la ciudad dormita en la posada de las quimeras, la luna fastuosa ilumina esta noche tan especial, vencido por este sueño tenaz, escribiré entre bostezos este último párrafo, cautivo de mi inspiración, meditaré sobre el devenir de mis días, inventario de hojas caducas de estas cuarenta y tres hojarascas. 

domingo, 16 de septiembre de 2012

Tregua para el alma


Despertando recuerdos adormecidos no muy remotos, me visita a la memoria un gran momento vivido, cuando pienso en ello me irrumpe la nostalgia, fueron días de quietud, donde pude acariciar las nubes con la mirada, nubes que esbozaban un paisaje de bienestar en el horizonte, en lo más alto de las montañas.

Dentro de mí emergían lamentos que atenuaban en el silencio la ansiedad de la perniciosa rutina, respirando aires de primavera, descubriendo una sensación renovada que me enalteció y me hizo sentir plenamente risueño, fueron días tan ansiados de tregua y desconexión.

Días donde poner en marchar el firme propósito de liberarme de ese estrés que me abruma tan asiduamente, victorioso afirmo haber logrado desterrar del alma todo aquello que no me causa felicidad y demorar su encuentro para más adelante, sin apremio deje que la vida prosiguiese columpiándose lentamente hasta la llegada de ese inoportuno instante. 

Ahora que ya pasó y que regreso de nuevo a mi hogar, deshago una vez más las maletas y me adapto con resignación de nuevo a mi rol, asumo realidades y escribo una página más del libro de mi vida, con una sonrisa enardecida que redunda hasta desbordar mis sentidos. 

Existen ocasiones que al respirar fuertemente, los pulmones se saturan de un aire nocivo, el corazón se comprime a cada latir, el cansancio hace mella en la vereda del porvenir y las esencias encuentran la huida perfecta en un suspiro que reclama tregua para el alma.

martes, 10 de julio de 2012

Rumbo al sur


Que difícil se hace respirar en estos días, la rutina acrecienta esta extenuación y el calor asfixiante funde las neuronas, jaque mate que devasta los deseos de salir al encuentro de un nuevo día, un suspiro agotador revela que aún resta un amplio caminar para contemplar otro paisaje que suscite días de tregua, redimiendo para cuerpo y alma.

Mirando al sur encuentro el argumento perfecto, la motivación para vencer esta partida a la desidia que me aferra a este estado de animo, el sur es mi musa, la que incita una sonrisa en mi mejilla, la que prende mi mirada, es el aire fresco del poniente, una brisa marina con olor a sal que me empuja a seguir paso firme al frente.

Hay ocasiones en la vida, en la que perdemos el norte y para poder hallarlo hay que poner rumbo al sur, desterrando en el olvido las inquietudes, Aislándote de la más dura realidad, fugitivo a la caza y captura de esos momentos épicos que no pasaran al olvido y que te ayudaran hacer más grato el trayecto de regreso.

Con las maletas ya cerradas, el destino juega a vestir en nuestras caras una mueca, un contratiempo súbito que trueca la ilusión por este viaje por un panorama de desconsuelo, asumiendo una demora para poner rumbo al sur, sabiendo que el sur perdurará expectante nuestra llegada, con tantos sueños por compartir.

Cuando llegue el instante de partir, despertare de esta pesadilla inicua, viajare sin brújulas dejándome llevar por el sonido del mar, cerrare fuerte los ojos y paso a paso aprenderé nuevamente a caminar, me embriagare del duende del sur, de su aroma, de su gente y del color.

Será un largo viaje colmado de mil anécdotas y de horas al volante cruzando el mapa de norte a sur, pero cuando el mar asome por el horizonte y se confunda con el azul del cielo todo cobrara sentido, recorreremos las calles que dirigen hacia la playa, nos contagiaremos de ese arte que respira Andalucía, acopiare fragmentos de grandes instantes para custodiar en mi dulce memoria.

domingo, 24 de junio de 2012

Al abrigo de tu corazón


Existe un escondite en mi alma donde nunca dejo entrar al olvido, lo custodio con insignes recuerdos que atesoro con tanto cariño, besos y caricias que desvisten el alma, incitando suspiros enamorados, fue allí donde todo aconteció en aquella habitación, donde el amor excitó la luz dando sentido a mi vida.

La habitación 210, no tenía vistas al mar y detrás de ese fino cristal no se escuchaba el romper de las olas, el mundanal ruido absorbía almas perdidas y el tiempo se prodigaba con sumas de rutinas que devoraban sentimientos y aletargan sentidos y sueños.

Dentro, la magia irrumpía en cada encuentro de miradas donde tus ojos y los míos componían poesía, el tiempo dormitaba en la dulce nota de un do mayor con la voz sugerente de tontxu, al calor de tu amor, al color de tus ojos, al sabor de tus labios, al candor de tu abrazo, todo ello para tocar el cielo.

Ha pasado el tiempo, contemplando a tu lado las más bellas primaveras, el recuerdo asiduo vive intacto en nuestra dulce memoria, ocho años después puedo acariciar tu pelo, recordar nuestro primer beso y darnos cuenta que no fue un sueño, que lo mantenemos vivo a cada instante, siempre a base de amor, cariño y ternura.

Hay veces que solamente el corazón entiende de razones que ni la propia razón consigue comprender, sucede que a veces el triunfo del amor es tan evidente que por más que tratan de mirar desde fuera no logran percibirlo, ya que solo está al alcance de los elegidos.

Sócrates filósofo Griego dijo “Sólo sé que no se nada”, Yo solo sé que no cambiaría todo este tiempo vivido junto a ti por nada, ni por nadie, lo eres todo para mí, solo tú consigues encender con tu sonrisa el día más lóbrego y gris, quiero vivir eternamente junto a ti, al abrigo de tu corazón.

domingo, 20 de mayo de 2012

Un nuevo horizonte


Ya pasó, respiro intensamente, atrás quedaron los días de inquietud, de prisas y de estrés, abro las últimas cajas de la mudanza, cierro puertas sin mirar atrás y un nudo me aprieta en la garganta, serán los recuerdos que me asaltan y un suspiro traicionero me delata, maldita sensibilidad.

Un nuevo hogar sin raíces, un nuevo horizonte que poder avistar, un paso más en la quimera que me lleve aflorar primaveras, una bocanada de aire fresco que me alienta hacia el sueño, tinta para el corazón que me dicta a cada instante, que se muere de deseo por estar a tu lado y despertar junto a ti cada mañana.

Vivimos todos bajo un mismo techo, aunque no todos persigamos el mismo horizonte, un mismo cielo, el de esta ciudad inusitada que arraiga de emociones mi memoria, sin miedo a las alturas, a tres plantas sobre el suelo, la vida se ve diferente, por la ventana contemplo la gente pasar, la rutina mientras tanto duerme sutilmente en la cama del mañana.

Se hace el silencio y dulcemente se adormecen las palabras, se abre el cofre de los sueños no cumplidos y la musa irreprimible me visita, con la mirada perdida en este nuevo horizonte, la nostalgia rasguña mis entrañas instigando palabras de melancolía, las mismas que desde hace días merodeaban por mi cabeza sin encontrar sentido.

Un proverbio chino dice de que las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos, yo no pretendo permanecer aquí sentado, inerte, contemplando como mis anhelos, se pierden como lágrimas en la lluvia, he decidido correr tras ellos, salir a su búsqueda, desde este nuevo horizonte.

martes, 17 de abril de 2012

La niña rubia de ojos azules


La memoria no me alcanza a evocar mi primer día de vida, pero me describe mi madre enternecida que el sol brillaba, no era un martes cualquiera, la felicidad hacia acto de presencia bajo sus miradas en aquella habitación del hospital, sonreían emocionados y unían sus manos.

Días más tarde, llegaría a casa, a ese nido familiar y allí me esperaba una niña rubia de ojos azules que con tan solo cinco años, aguardaba impaciente el momento del encuentro, no paraba de dar vueltas por la casa preguntando a cada instante a mi padre, cuando íbamos a llegar.

Esa niña rubia de ojos azules, es mi hermana y se pasaba las horas al pie de la cuna, atentamente me contemplaba sin pestañear a la espera de cualquier pequeño movimiento para advertir a mis padres ocupados en su quehaceres, salía a correr, daba una voz de alerta y regresaba nuevamente junto a mí.

Fuimos creciendo al calor de un hogar, echando raíces, instruyéndonos en la escuela de la vida, bajo la batuta de unos progenitores que inculcaban amor y cariño a raudales, nos enseñaron a querernos y ha saber perdonarnos a relegar el rencor y a protegernos el uno al otro. 

Hoy recuerdo aquellos días como si fuera ayer, añorando aquellas comidas deliciosas que despertaban la sonrisa y el apetito, comidas en hoteles imaginarios de seis estrellas en ciudades que nunca visitamos, grandes momentos para mi dulce memoria.

Ya queda lejos aquel recuerdo, crecimos, pero ese espíritu de hermandad renace en mi corazón día tras día, atesoro en el cofre de suspiros soplos de sentimientos que custodio con cariño y que me marcan el camino ayudándome a no perder el norte, sabiendo en cada momento quien soy y de donde vengo.

Esa niña se convirtió en toda una mujer, y con solo veintidós años voló del nido para construir el suyo propio, asistiéndome un desconsuelo y un vacío inmenso, poco a poco me fui habituando a no verla sentada en la mesa, a no esperarla sentado en el umbral de la casa, a no darle el beso de buenas noches.

Muy pronto ese vacío lo colmo Carmen su primera hija y mi primera sobrina, convirtiéndome en el hombre más feliz de la tierra, la familia con el paso del tiempo fue creciendo llegaron Teresa y algo mas tarde Javier y me hizo el mejor regalo del mundo poder ser el padrino de ambos, no ahí orgullo mayor para un hombre. 

Este es mi pequeño homenaje para esa niña rubia de ojos azules, para esa mujer trabajadora, buena hija, una gran esposa, una mejor madre, una estupenda hermana y una maravillosa amiga, te quiero Toñy.


domingo, 25 de marzo de 2012

Tiempo pasado, tiempo vivido


Tiempo pasado, tiempo vivido, panacea que todo lo cura, juez y parte de este edicto que sucumbió ante la iniquidad, madurando a golpe de vida, lecciones de las cuales no te instruyen en la escuela, tocaba tropezar con la misma piedra, y de nuevo volver a enaltecerse con mas fuerza y mas arrojo. 

Ya no duele respirar recuerdos y desatar suspiros, no hace daño el eco del pasado al volver la vista atrás, se secaron los mares de lamentos, las ganas de luchar por la verdad, las heridas prescribieron en el alma y con ella la aversión, ya no arden mis manos quemadas señal de mi ingenuidad.

Pero hoy toca ser feliz con auténticos argumentos, vuestra felicidad mi mejor regalo, la vida me hace un guiño y despierta en mí una sonrisa generosa, hoy quiero abrir mis pulmones y llenar esta caja de esencias, renovando viejos suspiros, respirando este horizonte risueño con aires de primaveras.

Se abren nuevos caminos a mis pies, paso a paso decidiré que sendero tomar, probablemente vuelva a equivocarme una vez más, alguien me explico que errar es de humanos y rectificar de sabios y con la edad que atesoro creo que ya ostento algo de sabiduría y si fracaso el dolor me hará más fuerte. 

Gabriel García Márquez con mucho sentido en sus palabras manifestó que la memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado. 

Yo no pongo en tela de juicio la existencia de esa treta, pero creo firmemente que el pasado se encuentra escondido tras la puerta del subconsciente y sonríe caprichoso siempre vivo en la memoria.

Tiempo pasado, tiempo vivido, mis pasos no se detienen avanzan presentes, buscando un futuro.

martes, 28 de febrero de 2012

En la cuerda floja


Corren tiempos difíciles, el viento bandolero sopla en mi cara, toca salir a la calle toreando el temporal sin un duro en el bolsillo con cara de resignación con la inquietud por bandera, con un suspiro ajusticiado en la garganta y una presión en el pecho, la agonía hace equilibrio al borde de un precipicio.

No sabemos nada sobre nuestro futuro, que mas da si nuestro presente se encuentra embargado en la cuerda floja a cien metros sobre el suelo donde albergaban nuestros sueños los mismos que hoy se esfuman por las rendijas de las targeas debido a esta inexorable realidad.

Atados de pies y manos por políticos, títeres que venden promesas vacías y manejan los hilos de nuestro porvenir, encantadores de serpientes que se camuflan bajo piel de cordero, que alzan la voz creyéndose sus propias mentiras, señalan con su dedo mostrándonos el camino correcto, una senda de sacrificio que siempre es ajeno a sus pasos.

Solo nos queda seguir apretando los dientes, hacer un agujero más a nuestro oprimido cinturón, enardecer una sonrisa tímida para encubrir esta incertidumbre del que somos presas, tragar saliva y tocar madera aguardando nuevas buenas que susciten una chispa de alegría que nos despierte de esta pesadilla.

Honoré de Balzac novelista francés del siglo XIX, escribió “En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte.” Espero que nuestros corazones se curtan y se hagan más fuertes para poder sobrellevar estas embestidas de la vida, me encantaría descubrir algo positivo con todo esto, pero solo me provoca vislumbrar un paisaje lúgubre y sombrío.

Andaré sobre la cuerda floja sin mirar hacia abajo, como un auténtico funambulita, luchare por mantenerme en pie, sabiendo que muchos caerán al vacío, amigos, compañeros, detrás de ellos una historia por contar, saldré a la búsqueda del estimulo suficiente para permanecer, se que lo hallare en tus palabras de ánimo, en tus muestras de cariño y en tu apoyo incesante.


martes, 31 de enero de 2012

En la cresta de la ola


Ella seguía el camino del latido que su instinto le marcaba, surfeaba los mares de la vida, con días de sublimes olas iluminadas por un sol radiante que daba tono a su sonrisa, en cambio resistió eminentes maretazos, sin duda alguna momentos ingratos llenos de muecas de desolación y en sus ojos trasparentes se podía divisar el reflejo de nubes grises anunciando tormentas.

Esos días acontecieron y poco a poco se instauro la quietud, el mar se hizo calma y ella emprendió un recuento de emociones, discurrían las horas meditando, contemplaba la balanza apilaba a un lado los risueños momentos vividos y al otro lado las nostalgias, decepciones y alguna que otra lagrima derramada, proseguía cotejando sentimientos sin apreciar que en el horizonte se oteaba un gran oleaje.

En un abrir y cerrar de ojos se vio inmersa en el, consiguiendo en tan solo un soplo de brisa marina que regresara esa sonrisa trasparente y magna, brotaba la primavera antes sus ojos atónitos, sonaba una melodía mágica que susurraba en sus oídos, los sentidos uno a uno cobraban vida subida en la cresta de la ola.

Fue entonces cuando el miedo la agarroto, recelaba que llegase el fin de la ola que la mantenía en la cima y que un nuevo golpe de timón en su vida le devolviera al fondo del mar y descubrir al llegar a la orilla, tempestades que impregnan el alma y dejan su huella como las pisadas en la fina arena del desierto.

Concluyendo podría decir que la vida a veces nos ofrece momentos inolvidables, a veces tan imperceptibles que no sabemos valorarlos lo suficiente, si el destino nos conduce a la cresta de una ola déjate llevar, disfruta y atesora todas esas esencias que desprende la felicidad.

Si algún día la desdicha hace que te anegues en un mar de lamentos, rescata del fondo de ti esa caja de retazos que atesoras con apego, te servirá para impulsarte y salir a flote, no obstante, siempre hallaras una mano amiga que te ayude a volver de nuevo hacia la cresta de la ola.

lunes, 2 de enero de 2012

2011: Sabor a sal, pimienta y azúcar


Se escapó el año entre las últimas hojas del calendario, un calendario con fecha de caducidad, 31 de diciembre, el 2011 sucumbió longevo y extenuado, 365 días de vida que no han pasado desapercibidos para mi memoria, quizás no tan dulce como hubiese soñado.

Ha sido un año colmado de sentimientos encontrados, de risas y lágrimas, un puñado de emociones que brotaba y hacia vivir este corazón latido a latido, es como si todo hubiese estado escrito de antemano en un guión del teatro de la vida.

Me sumerjo en los recuerdos que duermen mecidos en mi memoria, y me invaden aromas de felicidad, momentos inolvidables que esgrimo como bálsamo para curar las pequeñas heridas del día a día, sin embargo existen cicatrices indelebles para el alma.

2011 nacía con la bella melodía de una guitarra en clave de RE que tuvo que recorrer un largo camino hasta llegar a mis manos, el año fue transcurriendo por carreteras que conducían a sentimientos verdiblancos, en cada Kilómetro un destino por conocer, una anécdota, una sonrisa.

Con la bandera de la amistad siempre alzada, di la bienvenida a nuevos amigos a mi vida, amigos que fueron dejando sus huellas con muestras sinceras de cariño, comenzamos andar el camino y hoy seguimos la misma senda.

En abril recibimos la grata visita de mis tíos desde Barcelona y tuve la oportunidad de despedirme del tito Carlos que días mas tardes, un 20 de junio nos abandonaba después de luchar aciagos días contra el cáncer, le acompañe en su ultimo viaje.

Florecían los meses y la pena seguía inquilina dentro de mí, busque un refugio donde calmar esta desolación, soñaba con la fina arena de las playas del sur y viajamos a Nerja encontrando un tesoro escondido en cada rincón.

Como cada verano, hice de nuevo las maletas cargadas de nostalgia, sabiendo que el ya no estaría esperándome, en cambio el pequeño Gerard se encargo de transformar las penas por alegrías, regrese a la llamada de la rutina cruzando el cielo abierto.

Pasaban los días y el gélido invierno nos envolvía con su fino manto, mis huesos se quebrantaban a pie de pista, cumplía un año mas y como siempre sumando, en el andén de los sueños se hallaba estacionado un tren directo a la gran vía madrileña, en una habitación de un hostal colmada de amigos contemplamos como el amor decía, si quiero.

Llegábamos a la recta final de año, fue entonces cuando la utopia del reencuentro tomo forma, tantos años esperando ese momento y en un abrir y cerrar de ojos allí estábamos todos, mi pasado y mi presente, amigos que habían dejado su huella en mí con el paso del tiempo.

Sumido ya en el año nuevo, me despido del que se fue, haciendo un breve resumen de las veintiuna entradas escritas en MDM, un fiel reflejo trasparente, de mi estado de ánimo, de mis sentimientos.

Hoy nace la primera entrada del año con el firme designio de seguir persistiendo en ser tal y como soy, con mis defectos y mis virtudes, sabiendo que la humildad destapa la auténtica grandeza.