Recibo una llamada y una sonrisa tímida planea sobre mi semblante, me dirijo sin más hacia la guardilla donde guardo el elemento que transforma mis sentimientos en música, mi guitarra que hay sigue cubierta de telarañas, dormida en un acorde donde la deje, con el eco de un sol mayor en su recuerdo.
La desenfundo y curo las heridas que el tiempo causó, la abrazo entre mi pecho, comienzo afinarla dulcemente clavija a clavija, cuerda a cuerda con un susceptible mimo, como quien acaricia el cuerpo de una persona amada, poniendo en este ritual los cinco sentidos y el alma, susurrándole mientras pongo una nota en su boca, que volvemos a la búsqueda de nuevas melodías.
Mientras tanto, en el horizonte se avistan próximos conciertos y algún que otro proyecto acaecido sin cumplir, viejos amigos, nuevas emociones y antiguos miedos, como el vértigo que inunda mis sentidos antes de subir al escenario, me visita con el simple propósito de agravar mi recelo, sin saber que el intento será frustrado, quizás sea esa falta de confianza que me aborda en cada concierto, pero que canción a canción voy incitando para que se quede a ver el espectáculo pero desde el otro lado.
Abriré los ojos como quien despliega la vela de un barco, respirare vehemente para tomar impulso, delante de mí encontrare rostros nuevos, dispuestos a brindarnos su tiempo y sus oídos dispuestos a heredar las melodías y sentimientos que transmitimos en nuestras canciones, hasta que todo llega a su fin con el último acorde, el encargado de abrir el cofre de los aplausos, y así será como se rediman los suspiros que en mi pecho se guarecían.
Afines a la emoción de una canción.
SOIS ESCELENTES Y UN EJEMPLO DE SENSIBILIDAD Y ENTREGA. QUISIERA QUE PUSIESEIS SEGUIR HACIENDO CONCIERTOS Y MOSTRANDO A LOS DEMAS LA SENSIBILIDAD Y EL EJEMPLO DE SUPERACION Y ENTREGA QUE NOS MOSTRAIS A LOS QU EOS ESCUCHAMOS DESDE HACE CASI SEIS AÑOS QUE ES CUANDO YO OS VI POR PRIMERA VEZ.
ResponderEliminarMUCHA MIERDA Y UN BESAZO